27.2.05

Cuantos Imbéciles y qué Pocas Balas...

Hace menos de un mes, algún vecino con la misma habilidad para conducir que un orangután bizco borracho se cargó el retrovisor izquierdo de mi coche.

Ayer lo recogí del taller, previo pago de 75 €, dinero que hubiera preferido invertir en cualquier otra cosa que en un automovil en el cual estoy harto de gastarme dinero.

Esta noche, en Leioa, al volver donde tenía mi coche, me he encontrado con que alguien había escupido sobre él, había golpeado sobre el capó, y sí, roto el espejo retrovisor que acababa de arreglar.

El mundo está lleno de gilipollas.

Buenas noches