Las Señales del Apocalipsis – I: “Amo a Laura”
Bienvenidos todos al blog que se reinicia más que
En primer lugar, pasad por este enlace. Ved el video hasta su final. (Por cierto, si alguien sabe como colgar un video de YouTube en el blog, se lo agradecería mucho). Tras tomaros el tiempo necesario para digerirlo, seguid leyendo.
¿Superado el trauma?
Me alegro.
Yo aún no.
Analicemos lo visto:
En primer lugar, se ve que el concepto que tienen aquí la tropa: Besar = ensuciar. Perder la virginidad (ojo, solo las chicas, al parecer el caso no se aplica a los hombres) = Arrancar y destruir una flor (aunque supongo que las flores casadas no se destruyen, o no importa que se destruyan). Crucigrama = Terapia para superar el calentón (¿¿Pero qué tipo de crucigramas hacen ustedes, oigan??). Y así ad nauseum (que es básicamente lo que uno siente ante ciertas mentalidades).
Luego están esas ropas. ¡¡Esos jerséis de color chillón, esas faldas hasta el tobillo, esos cuellos de la camisa por fuera!! Vamos, como vestiría una madre del Opus (mas sobre este tema luego, que hay que aumentar las visitas y la estrategia Dan Brown suele funcionar), a sus niños de 12 años. Y todos conjuntaditos que para algo son un grupo de músi… músiiiii…. BWAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA… Perdón, es que ciertas cosas son imposibles de decir sin partirse de risa.
No podemos dejar de comentar la música de la canción. A la demencial letra le acompaña una tonadita suave y ñoña a cuyo lado hasta el pastelón de
Y luego está el video en sí. No sé si es más terrible la parte con las caras de los cuatro en las margaritas (para dar pesadillas al Freddy Krueger), o la parte en la que el líder del grupo hace el recitado interrumpiendo a la pareja que se está besando (a destacar la cara de la chica interrumpida, con una cara de “¡¡Joder que susto!! ¿¿De donde coño sale este tipejo??” que da un inesperado toque de realismo a la obra). Y la coreografía, como que mejor ni tocarla por si es contagiosa…
Pero por encima de todas estas cosas, lo que realmente llama la atención, son los propios miembros del grupo. Cada uno de ellos nos revela, con su lenguaje corporal y su mirada su auténtico carácter y sus metas de futuro:
El chico moreno: El líder del grupo, el que más cámara chupa, el que tiene la parte hablada con el consejo que hará que la vida de muchos jóvenes cambie (dejando de lado una vida de castidad para refugiarse en el sexo duro y las drogas aún mas duras, lo que sea por alejarse de él). El pobre chico no es muy agraciado, la verdad, de hecho tiene pinta de haber recibido más calabazas que un concursante masoka en el 1, 2, 3. Sólo que mientras algunos lo asumen y tiran por lo de ser majos y divertidos para a traer a las féminas, aquí el hombre se le ve que prefiere el camino de “si yo no, entonces nadie”. Su actitud y cara le vaticinan un prometedor futuro dentro del Opus Dei (¿veis? Os dije que volvería a hablar de ellos. Hala, que suba el contador de visitas), consiguiendo escalar puestos hasta llegar allí donde pasará de ser el líder de un grupito de muus… (bwhaha…) de chavales, a ser El Líder. Tiembla, Rouco, el moreno le ha echado el ojo a tu silla.
El chico rubio: Gay. Se le nota. En menos de 5 minutos en los cuales no está en pantalla durante todos ellos se le nota. Y el caso es que es una putada para el chaval, porque está claro que si sigue en ese ambiente, no saldrá del armario en su vida, y acabará como un pobre reprimido casado por conveniencia, probablemente con la chica de la diadema. O eso o un día explota, se fuga a Ibiza y monta un bar de ambiente, siendo desheredado por sus padres, pero feliz de poder ser como es, y de estar junto a su novio Hans.
La chica de la diadema: Como decía antes, esa acaba casada por conveniencia con el chico rubio, o eso o monja. Lo cierto es que el aspecto de la chica y la cara que pone cuando se habla de perder la virginidad (y eso que ni se usan esas palabras, que los chicos buenos solo hablan de vírgenes si se refieren a la madre de Jesucristo), parecen indicar o que sufrió algún tipo de trauma relacionado con el tema, o que directamente, sufre el síndrome ese que dicen que tiene
La chica de azul: En todo grupo hay alguien que no pega: Ringo Starr en los Beatles, John Deacon en Queen… Aquí es la chica de azul. Vamos, que uno no la ve convencida de lo que está cantando. La chica pasa de flores y leches, está ahí para lucir el tipo y ligarse al cámara. Preveo que la echarán del grupo en cuanto comprueben que no comulga con los fundamentalismos… quiero decir, los fundamentos del grupo.
Y hasta aquí otro post eterno. Me despido hasta el próximo, en el que espero recuperar el scope del blog. Mientras tanto, sugiero hacerse con un flasheador, tipo Men In Black para olvidar este traumático video.
Una última cosa: Iñigo Acha, si estás por ahí, te sugiero que pongas esto en el Gorefest. Dudo que haya nada más terrorífico sobre la faz del planeta.
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